Abierto de Australia 2014: Wawrinka se hace 'grande'
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Deporte y Ocio
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domingo, 28 de diciembre de 2014
Stanislas Wawrinka conquista el Australian Open venciendo por primera vez a Rafa Nadal

Dramática final la que nos ofrecieron los finalistas del primer Grand Slam del año. Nadal y Wawrinka protagonizaron una de las finales más agónicas y extrañas de los últimos tiempos. Cada uno llegaba con sus bazas. El suizo, desplegando un gran juego durante todo el torneo, venciendo a grandes jugadores por el camino, pero con la loza de no haber ganado ni siquiera un sólo set a Nadal en sus 12 enfrentamientos previos y con la ligera desventaja de jugar su primera final de Grand Slam. Rafa, por su parte, venía de dar su mejor versión del torneo frente a Federer en las semifinales y se postulaba como favorito al título, por experiencia, juego y condición de invicto frente a su rival.
Sin embargo, nadie podía imaginar que el guión del partido se desarrollara de la manera que vimos. Stan entró como un tornado en pista, muy agresivo desde el saque, apoyado en una derecha a la que Nadal no encontraba solución, y un revés sin fisuras, que lejos de ser el "punto débil" al que el balear quería atacar, demostró ser el golpe con el que Wawrinka terminaba los puntos. Nadal intentó de todas las maneras buscar el revés del jugador helvético, pero no logró nunca controlar los puntos del todo. Wawrinka estaba muy bien plantado en el fondo de pista, repartiendo palos por todos lados, mostrando una confianza abrumadora, como si ya hubiera jugado 30 finales de 'majors'. Stanimal se llevó el primer set por 6-3, jugando un tenis espectacular, agresivo, sin concesiones.
El segundo set siguió la línea del primero, y con Wawrinka 2-0 arriba, Nadal comenzó a tener problemas en la espalda. El dolor parecía evidente, casi no podía moverse y su saque bajó hasta los 110 km/h. Pidió el 'medical time' para poder tratarse, y fue atendido en el vestuario durante 7 minutos. Wawrinka pedía explicaciones, temiendo que el parón rompiera el ritmo del partido y perjudicara su juego. Nadal se quedó en pista a pesar de no poder competir con garantías, algo que no obedece tanto al orgullo del balear, si no más bien al respeto por la gente y sobretodo por Wawrinka. Se imaginan que Stan hubiera levantado su primero título de Grand Slam sin terminar el partido? No hubiera sido justo para él. Rafa lo sabía, y a pesar de saber que seguramente no tenía ninguna posibilidad de ganar, se quedó a terminar el partido, a perder como un grande y decidido a no robarle el momento de su vida a Wawrinka. Bravo por el balear. Stanislas se llevó el set por 6-2 y parecía que el tercero sería un mero trámite, dado el nivel del suizo y los problemas físicos del mallorquín.
Todo lo contrario. Nadal sacó fuerzas de donde no las había y Wawrinka acusó un bajón brutal en su juego, fruto del cóctel de emociones que tenía en ese momento. Stan lo veía todo de cara, tan cerca de convertir un sueño en realidad, pero a la vez veía como Nadal daba muestras de ligera recuperación. Las dudas se apoderaron del de Lausana y Rafa empezó a jugar a tumba abierta, soltando el brazo y rezando por que sus golpes no volvieran a su lado. El público no creía lo que veía. Nadal se ponía 3-0 y Wawrinka parecía desencajado. A pesar de todo, el tenista español invitaba a pensar que tal vez esto no había acabado. Y así fue. A base de tirar winners, más con el alma que no con la raqueta, Rafa logró alzarse con el tercer set por 6-3. Nadie sabía qué pensar. ¿Podía Nadal remontar una final de Grand Slam después de perder los dos primeros sets y con tantos problemas en el saque y la movilidad, o Wawrinka recuperaría la concentración y el nivel de tenis mostrado hasta ahora para poder cerrar el partido?
La respuesta llegó en el cuarto set. Después de un inicio parejo, Stan volvió a ser el mismo. Su saque y sus golpes de fondo, especialmente la derecha, volvieron a funcionar. Con Nadal tan mermado, era imposible competir al mismo nivel. Wawrinka no estaba dispuesto a desaprovechar esta oportunidad, logró calmar los nervios, olvidarse de la lesión de Rafa y cerrar el partido antes de que la reacción del español fuera a más. Después de romper el saque de Nadal para ponerse 4-2, perdió el propio para luego volver a romper y sacar para el campeonato. Wawrinka ganó su juego de saque en blanco, llevándose el set por 6-3 y así, alcanzar su primer título de Grand Slam, su primer torneo 'grande'.
Gracias a su victoria, 'Stanimal' sube cinco posiciones en el ranking ATP, llegando al número 3 del mundo, el mejor puesto de su carrera. Además, se convierte en el #1 suizo por primera vez. Es el primer jugador, desde 1993, que gana un Grand Slam venciendo al #1 y #2 del mundo, y el primero desde el 2009 (US Open) fuera del 'Big Four'. Wawrinka ha hecho un torneo impresionante, venciendo a tres top 10 del ranking (Nadal, Djokovic y Berdych) y ganando el Open de Australia con absoluto merecimiento. No debemos dejar que las circunstancias en las que ganó empañen el altísimo rendimiento mostrado durante todo el campeonato. Que nadie quite méritos a 'Stan the man', quien ha logrado superar barreras muy difíciles, tanto de juego como mentales.
El tatuaje en el brazo de Wawrinka, resume perfectamente el alcance de este título en la vida del tenista suizo: "Lo intentaste. Fracasaste. No importa. Inténtalo otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor". Quién diría que después de perder aquel partido épico frente a Djokovic el año pasado en este mismo escenario, Stan volvería 12 meses más tarde para 'hacerse grande' y, a los 28 años, lograr el mayor título de su carrera. FELICIDADES STAN!
@OcampoTennis




















